Ya esta. Cuanta ambigüedad
Esta vida me va a matar.
Mi corazón vacío no soporta una ausencia más.
Y sé que dijo una vez el Nóbel de la paz asesinado al caer:
“Es lo malo de ser bueno en este mundo cruel”.
Y entre los colores, el sol, el alcohol y la vida misma, él olvidó y voló, harto de decepciones y demencias. Pero dejó una parte de sí, de su ser (tan sensible), de sus creencias, para siempre en el universo. Una maquina. Una huella impenetrable de la sensibilidad. Tan global es, sí, tan grande.
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